jueves, 9 de junio de 2016

Empatía e identidad

Siempre he respetado que cada cuál defienda su identidad, sea la española, la saforahui, la valenciana o la kurda. Entiendo que las personas que se sienten parte de una identidad colectiva, la defiendan o la impulsen para ampliar el gremio y de paso generar diferentes formas de cultura de la que al final nos enriquecemos todos.

Sí, la identidad mola, pero al igual que todo, cuando se politiza se convierte en mierda.

La política en España saca lo mejor y lo peor de cada uno, pero en estos tiempos ha pasado a ser un show mediático que cada vez se asemeja más a un duelo entre ultras futboleros y las elecciones parecen ya la final de la Champions.

Si al menos ciertas burradas solo perjudicaran a los implicados, lo entendería y lo respetaría, pero no, acaban afectando a toda la sociedad.

Lo último es el vídeo que se ha viralizado sobre una turista entrevistada por los informativos de Antena 3 que afirmaba estar confundida por las señales en valenciano colocadas en Valencia por la administración de Joan Ribó. Al final ha resultado que ni era turista ni estaba confundida, ya que como muestran grabaciones donde ella presenta programas de televisión en perfecto valenciano, era una nativa más con el agravante añadido de que ha trabajado para el grupo A3Media.

He estado asistiendo a varias Juntas de Distrito en Valencia de diferentes temáticas y no he podido resistirme a preguntar a miembros de asociaciones vecinales sobre el tema, la respuesta siempre ha sido la misma independientemente del color político:

"preferimos que estén en las dos lenguas, ya que en Valencia mayoritariamente hay castellanoparlantes y no queremos que se armen líos por estos temas, ya que oscurecen los problemas reales que solemos tratar en las Juntas y que son menos jugosos para la prensa, aunque no supone ningún problema el hecho de que solo estén en valenciano para los vecinos"

En pocas palabras, no hay un estado de crispación en la ciudad por la señalización en valenciano.

¿Por qué quieren vender los medios un malestar inexistente en mi ciudad en prime time?¿Es porque gobierna Joan Ribó? Por todos es sabido que no soy muy fan del Bloc ni del nacionalismo en general, Ribó tiene sus luces y sus sombras pero no es el gran Satán ni come niños y estoy convencido de que su gestión es infinitamente mejor que la de su predecesora Rita Barberá.

Ahora bien, personalmente prefiero que los carteles y señales estén en las dos lenguas oficiales, no porque los que hablan castellano sean subnormales y no entiendan el valenciano, sino porque representa mejor la pluralidad y la paz social que existe en Valencia, paz social que nacionalistas y oportunistas de todos los signos y banderitas no dudan en intentar romper para vender unas siglas y unas políticas, a mi entender erróneas.

Joan Ribó nació en Cataluña, Grezzi en Italia, Ximo Puig en Morella y Zaplana en Cartagena, sintiéndolo mucho, para bien o para mal todos ellos son valencianos, primero porque viven en Valencia (Aunque de Zaplana no sé nada) y segundo porque quieren serlo: a mí me vale, no voy a ser yo quién tenga el monopolio para decidir quién o qué es valenciano o no lo es.

El problema son las personas y organizaciones que se arrogan dicho monopolio, seamos serios, el valencianismo blavero político (también llamado secesionista lingüístico) desde el hundimiento de Unió Valenciana es marginal, de la misma manera que el valencianismo independentista de corte catalanista, representado por ERPV-ERC y las CUP apenas tiene aceptación social.

Al final, el identitarismo ha quedado difuminado y dividido en política valenciana en dos bloques: Cs y PP tienen tics blaveros y PSOE, IU y Podemos tics fusterianos; luego está Compromís donde conviven diferentes concepciones de valencianía de la que hacen bandera y razón social.

Excepto Compromís ¿Por qué el resto de partidos con representación hacen discursos identitarios? Porque electoralmente sale rentable: asociar PSOE-IU-PODEMOS con el catalanismo es gratis y da votos, de la misma manera que si reivindicas supuestos agravios históricos durante el absolutismo y los asocias con una mala financiación o con competencias del Estatuto de Autonomía en pleno siglo XXI, consigues vender un discurso sencillo, épico y resultón.

Soy consciente de mi cuñadismo y que a veces puedo ser un demagogo, pero tengo que dejar clara una cosa: si alguien quiere defender políticas identitarias porque es nacionalista, está en su derecho y es legítimo; si esas propuestas tienen aceptación social y mis planteamientos no, pues adelante.

No me cansaré de recordar que un derecho se caracteriza por su universalidad, los derechos LGTB no son solo de los colectivos LGTB, son de toda la sociedad, de la misma manera que el derecho a la libertad de culto no es patrimonio solo de los creyentes, cuando un derecho no es universal, es un privilegio y en la España del siglo XXI aún quedan muchos por abolir o universalizar.

Cuando entramos en derechos lingüísticos la cosa no cambia, dichos derechos no son patrimonio exclusivo de una comunidad de hablantes, sean castellanoparlantes o valencianoparlantes, son derechos colectivos de ambos. Las lenguas no tienen derechos, las personas sí.

Esto implica que cuando una persona no puede acceder a una carrera en valenciano, porque solo hay docencia en castellano, se están violando sus derechos, de la misma manera cuando no hay documentos oficiales en castellano. Gobernar para todos no puede ser tan difícil si realmente hay vocación de servicio en los gobernantes. Es sencillo.

A la mayoría de las personas de mi contexto social les importa un pepino si es en valenciano o castellano, primero porque somos bilingües y segundo porque no somos talibanes. Pero soy consciente de que no es la norma y no empatizar con personas que viven realidades diferentes es un error. Empatía señores, empatía.

Sin empatía nos radicalizamos y deshumanizamos innecesariamente a personas como nosotros que en el fondo solo quieren un mundo más justo y ser felices.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...